Han pasado años hasta que hemos recibido un álbum del propio Steven Cravis, uno de los compositores y pianistas más respetados de la New Age en Estados Unidos. Su último trabajo, Cloudwalker, es un trabajo que se compone de nada menos que de diecisiete cortes que gozan de caracteres muy diferenciados, pero que a su vez comparten emociones; unas veces radiantes y en otras ocasiones, sensaciones más emotivas. Cloudwalker es un largo paseo que invita a evadirse, a soñar… ¡A vivir!.
No se podía presentar de otra forma que con el track que da título al álbum. “Cloudwalker” es alegre, jubilosa, pero conservando un interesante toque de ternura. Las manos de Cravis recorren el piano con sumo cuidado, pero manteniendo un tempo seductor.
Con más prudencia surge “Stairway to Spirits”, posiblemente la pieza con la melodía más atractiva de todo el CD a pesar de su apagada composición. La mano izquierda marca el compás a una diestra que interpreta unas llamativas notas.
“Poppy” es jguetona, entrañable. A golpe de un tempo muy marcado, Cravis compone una música que nace en zona más alta del piano con una calidez sobrenatural. Una música inofensiva repleta de dulzura.
Volviendo al lado más reservado del pianista, se presenta “Between Ages”. La melodía principal se repite hasta la saciedad, surgiendo fugazmente algunas variaciones o fragmentos que rompen durante unos segundos la quietud creada por las notas repetidas.
Íntima y minimalista, así es “5 am”. Como un susurro, las notas con pesadez se van abriendo paso mientras el silencio abre huecos en ellas… “5 am” pide a gritos una escucha con los cinco sentidos.
Conservando prácticamente el estilo del track anterior, se presenta “Keep Trying”. De nuevo, la composición parece apesadumbrada, de fluir lento, pero con ciertos segundos de querer brotar con energía. Una delicia.
Llega la alegría de nuevo. “Pavla’s Boy” es un soplo de aire fresco, de luz. Son de esas composiciones que visten de primavera el momento. La melodía es hermosa e irradia optimismo a raudales.
Repetitiva pero pegadiza en melodía, así es “Landing”. De principio a fin, las notas principales se repiten, pero en absoluto se hacen pesadas, la composición es atractiva.
Extremadamente tranquila y levemente oscura. “Resolve” es un manso de paz que invita a cerrar los ojos y a descansar, pero sin quitar oídos a sus notas. “Resolve” está interpretada con mimo, con un sutil toque y donde nuevamente los silencios son parte de la partitura.
Pasión, extremo cuidado y sobre todo, romanticismo. “Opening, A Rose Revealed” ofrece el toque romántico a Cloudwalker; una música que podría ser la base a una bella canción…
Otra de las melodías a destacar en Cloudwalker es “Starting Over”. Aunque grave y carente de un tempo alegre, sí es cierto que sus notas respiran una magnífica belleza. “Starting Over” es realmente seductora, hipnótica en algunas ocasiones.
Versiones a piano hay incontables. Steven Cravis hace lo propio con “Somewhere Over The Rainbow”. Una conocida entre tantas composiciones originales.
Con toque a jazz, triste, nace “Summer City Night”. Una pieza que va tornándose más amable con el paso de las notas y acordes. El toque jazzístico de Cravis es un deleite, atractivo para ser observado mientras toca el piano.
Intensidad reprimida en “Think it Over”. El pianista golpea con contención los acordes del piano, como queriendo romper la calma, pero nada más lejos. Steven juega con los acordes para establecer un momento de tranquilidad bajo unas melodías sencillas y hermosas.
Versión que Steven Cravis realiza del “Children’s Crusade” de Sting es sensacional. Es la melodía más pegadiza de todo el álbum, quizás por ser la más conocida, pero sí es cierto que Steven sabe darle un toque fantástico a la composición original.
Sobrecogedora y bellísima. A pesar de su sencillez, es tal la pasión y las sensaciones que transmite “Petals Falling Onto Water” que es posiblemente la mejor pieza de todo el álbum. La conjunción de silencios y acordes es única y la melodía principal efímera y acertada. ¡Fantástica!.
Cloudwalker se clausura con una canción de cuna. “Lullaby” es entrañable, enternecedora. Interpretada con el corazón, Cravis acaricia las notas del piano para ofrecerle el toque justo de tensión y cariño. Un final cerrado para un gran álbum.
[quote_box_center]Cloudwalker es el álbum perfecto para desconectar, para disfrutar de un piano sin interrupciones. Steven Cravis ha creado la música perfecta para dar más color a un día soleado, primaveral gracias a diecisiete composiciones de carácter amable y optimista. Cloudwalker es un álbum recomendable.[/quote_box_center]
reviewsnewage.com
17/04/17