Para hoy nos dejamos anestesiar con Nightbound, lo nuevo del canadiense David Lindsay, un trabajo para guitarra clásica principalmente improvisado, compuesto por temas escritos durante el proceso de grabación y con contribuciones de algunos de los artistas que colaboradores como: Eugene Friesen, Tony Levin, Charlie Bisharat, Jeff Haynes, Michael Manring, los propios Will Ackerman y Tom Eaton, Jill Haley, Paul Kochanski y Noah Wilding.
Nightbound se presenta con “Bright Stars”, una composición donde predominan los arpegios y los armónicos formando en su conjunto una cálida melodía, perfecta para despejarse, relajarse, soñar.
Continuando con el paso de la noche aparece “Dreamwalk”, y con ella, las magníficas manos de Ackerman en la producción. “Dreamwalk” cuenta con Jill Haley como instrumentista principal, relegando a Lindsay y su guitarra a un segundo lugar, instrumento que va marcando el tempo del tema como si de pasos se tratasen mientras el cuerno inglés de Haley ofrece al tema un extraordinario sentimiento.
Por el momento no se aprecian diferencias notables en el estilo de Lindsay. Nuevamente, el guitarrista tira de sencillos arpegios de acordes, repetitivos, para crear una melodía. “A Boy and a River” es extremadamente sencilla, muy lineal, sin variaciones…
Un comienzo interesante para el track que da título al álbum, “Nightbound”. Sin duda, uno de los atractivos temas del CD, especialmente por sus pausas, por el juego que el propio Lindsay realiza con las notas y los silencios. “Nightbound” es introspectiva, soñadora, apacible hasta la aparición del conjunto instrumental que acompaña a la guitarra. Chelo, violín, percusión y la asombrosa voz de Noah son los perfectos agregados. De nuevo, Will Ackerman hace magia.
Cerrar los ojos y dejarse llevar por los sueños. “Ila’s Lullaby” es una sencilla y delicada canción de cuna, donde de nuevo Lindsay juega con los silencios mientras afables notas son arrancadas de la guitarra. De fondo se aprecian punteos… Es Ackerman.
Seguimos escuchando a la paz y a la belleza. “Vermont” viste un paisaje teñido de verdes y anaranjados, de cielo gris y brisa fresca. En este bello tema, lo único necesario es la guitarra de David Lindsay, no hay nada más, es lo justo. Sencillamente extraordinario.
“Unspoken”, un tema con dos partes muy bien diferenciadas, siendo la primera de ellas triste, muy triste, apagada, especialmente con el sonido del cuerno inglés de Jill Haley, que le otorga un fuerte dolor. El segundo fragmento, manteniendo el mismo carácter, se le suman las percusiones, violín y chelo, lo que le aporta un toque más temperamental. ¡Me gusta!.
Primaveral, llena de color, así es “Bluewater Beach”. Aunque regresamos a la linealidad de unos acordes rasgados hasta la saciedad, bien es cierto que la melodía que surge de ellos está llena de luz.
“What the Wind Said” continúa con las lamentaciones, invocando a la soledad más absoluta. Poca originalidad por parte del guitarrista que eterniza los acordes, sin variaciones, sin nada nuevo que ofrecer, siendo el cuerno inglés el auténtico protagonista en un decaído tema.
“Nocturne”, el tema a destacar en Nightbound. Una introducción bellísima, atenta, de las pocas sobresalientes que encontramos en el álbum. Esta pieza parece ser la más trabajada en la composición que las anteriores, ya que apela a los sentimientos, mantiene al oyente en un estado de tensión agradable y consigue llamar la atención de principio a fin. En esta ocasión no importa la reiteración de acordes, son trabajados, y si a esto le añadimos los instrumentos que acompañan, el resultado es sencillamente magnífico. ¡Genial!.
Con un toque clásico se presenta “Vanishing Point”, otra de las piezas amargas de Nightbound. La producción de Ackerman vuelve a ser la estrella en un tema monótono en cuanto a guitarra clásica, siendo ésta muy lineal, pero que da juego a Ackerman para realizar los ajustes necesarios para dar vida a un gran tema.
“Protectress Moon” es sencillamente relajada, hipnótica, enigmática. La guitarra de Lindsay se mezcla de forma perfecta con el susurro mágico de Noah Wilding, lo que genera unos instantes de inconmensurable paz. ¡Fantástica!.
Nitghbound se cierra con un reprise de “Bright Stars”, el tema con el que abríamos el CD, pero en esta ocasión no en solitario. David Lindsay se deja acompañar por el cuerno inglés, el chelo y la voz de Noah, esto aporta aire fresco y valor al track. ¡Gran reprise!.
[quote_box_center]Nightbound, el nuevo trabajo de David Lindsay, un álbum que da voz a la soledad y a la oscuridad de la noche, donde sencillos punteos y complejos acompañamientos (principales protagonistas y obra de Will Ackerman), mantienen al oyente inmerso en un introspectivo viaje que invita a cerrar los ojos y a agudizar los sentidos. Nightbound goza de una producción magnífica que eclipsa a una guitarra clásica falta de fuerza. Un trabajo recomendable.[/quote_box_center]
reviewsnewage.com
06/07/16