Asombro y emoción definen “Haiku”, el vocablo que da nombre a un tipo de poesía japonesa. El pianista norteamericano y asiduo de nuestra web, Doug Hammer, elije esta misma expresión como título de su último trabajo donde recoge quince cortes de nombres breves y precisos para detallar el carácter de cada uno de los tracks.
Comenzamos con “Possibility”, una pieza sencilla, de cierta fragilidad y con el habitual toque melódico de Hammer. El pianista sabe unir perfectamente composición y técnica, y en este caso, al cincuenta por ciento, “Possibility” mezcla una melodía pegadiza interpretada por unas manos admirables.
Las alegres manos de Hammer es su seña de identidad y “Flight” es uno de esos temas que lo describen a la perfección. “Flight” es lenta en un principio, muy reservada, pero poco apoco va tomando forma, dejándose llevar… Y vuela. ¡Bellísima!.
Al igual que muchos temas que encontraremos en Haiku, “Wind” es breve y rápido, pero ataviado con un pulcra suavidad, lo que le hace ser efímero y justamente hermoso.
“Glorious” mantiene un pulso con la armonía. Lenta y suave, pero acumuladora de una gran tensión, “Glorious” es una joya del álbum, una música escrita para ser pensada, interpretada para ser sentida…
Y llego el baile. Siempre es un privilegio disfrutar del rápido movimiento de manos del compositor. En “Dancing” Hammer vuelve a ser él, donde las notas vuelan y la melodía suena con fuerza y belleza.
Con “Hope”, regresamos a la melancolía, a una entrañable nostalgia que nos invade con nítidos y coloridos recuerdos… Es increíble el poder de la música, capaz de revivir momentos que creíamos olvidados.
“Sway” es rítmico, bailón, de tempo muy marcado y de una desbrodante alegría. Es algo que siempre encontraremos en la música de Doug Hammer; optimismo y fuerza.
Sutil, cristalina y entrañable es “Haiku”, el tema que da título al álbum. Fácil y delicada, la música nace en la zona más alta del piano, uniendo negras y blancas, para dar vida a una musicalidad habitual en el Lejano Oriente. Interesante.
Continuando con la dulzura, Hammer presenta “Golden”, una composición que ilumina los días más grises. Con mimo y cierto romanticismo, el pianista interpreta uno de los temas a destacar en Haiku.
De lento fluir es “New”. Nuevamente, el pianista nos deja unos instantes de evasión, de reflexión, gracias a una sencilla y dulce música.
Por primera vez, complejidad en la producción. A Hammer se le une un grandioso chelo como acompañante, formando un dueto muy interesante y acertado. “Heartstring” es una de las sorpresas que guarda Haiku.
Apenada, pacífica, así es “Lost”, la composición agridulce de Haiku. Un pérdida irreparable, ése sentimiento desgarrador lleva consigo a “Lost” como fondo musical.
El extremo opuesto a “Lost” lo encontramos en “Rise”. “Rise” muestra soledad, pero no es fría, no es dolor… Más bien es calidez, nostalgia, dulzura. Con “Rise” no existe un atormentado final.
De nuevo, Doug Hammer escribe un final afectuoso para una despedida. “Goodbye” no es lo que esperábamos, sus notas no muestran ni un ápice de dolor a pesar del título. “Goodbye” no es un “adiós”, es un “hasta pronto”.
Un final cerrado para Haiku. “Neverending” continúa con el carácter de los últimos tracks, siendo unacomposición apagada y arropadora en partes iguales, íntima y mimosa. Un final que invita a la reflexión…
[quote_box_center]Riqueza de emociones. Haiku es noble, minimalista en ciertos momentos, esperanzador, alegre, y en general, extraordinario. No hay un título mejor para éste nuevo trabajo de Hammer, donde el piano desnudo en cada uno de los tracks es un ejemplo de personalidad, complejidad compositiva, sencillez melódica y calidez. Haiku es un álbum magnífico.[/quote_box_center]
reviewsnewage.com
20/12/15