Recibimos el último trabajo de la pianista Christine Brown. Publicado el pasado año, Souvenirs comprende catorce cortes donde lo oculto, el desahogo y la sencillez aparecen en todas y cada uno de las melodías, un álbum en el que la calma y el descanso están está garantizados.
Souvenirs se presenta con “Rhythm of the Rain”, una música que nace en la zona más alta del piano, con suavidad, sigilo… una perfecta analogía al relajante sonido de la lluvia al golpear una ventana. Es sencillamente pacífica.
Con nostalgia y muy desolada nace el track que brinda título al álbum. En un doloroso baile de notas y acordes, de paso lento pero muy bien marcado, el waltz va desgarrando no muy amables sensaciones. Dolorosa y bella a partes iguales.
Enigmática y ligeramente viva, así es “Shiver”. Con algo de más arrojo que los tracks anteriores, “Shiver” muestra un lado más amargo y encorajado, recordando en algunos fragmentos a piezas de Philip Wesley, David Nevue o Michele McLaughlin.
“Prelude to Sunrise” es una alusión al despertar de un nuevo día, al brillo de los primeros rayos de sol, al primer cantar de los pájaros y al apacible silencio que rodea el momento. Las notas sueltas, acompañadas de rasgueos rápidos nos transportan a ése preciso momento.
Curioso que el tema con el título más “oscuro” sea uno de los más coloridos. “Chasing the Moon” nace en la zona alta del piano con mucha vida y luz, dejando ver una de las melodías más interesantes del CD.
Sombría y relajante aparece “Aqua Abyss” donde una mano izquierda, con pesadez, entona la triste melodía, y su diestra marca el tempo con medidos e inquietados acordes.
Continuando con el toque amable y brillante nace “Silver Lining”. Con toque algo más reservado que el track anterior, éste nuevo corte mezcla sutileza y armonía. Me gusta esta composición.
Con dolor y mucho mimo, Christine Brown da vida a una de las piezas más emotivas y sinceras del álbum. “Silhouette” es una piza muy profunda, banda sonora de una romántica película, capaz de estremecer los sentidos. Maravilla.
Una mano izquierda repetitiva y de marcado tempo hace de base a una mano izquierda entrecortada; una unión interesante que da forma a “Traveling Dreams”, un viaje placentero a través de la música…
Volviendo a las horas solitarias, Brown nos presenta “The Hour Glass”, un nuevo tema en el que el misterio y el aislamiento se unen para ofrecernos unos minutos de evasión absolutos.
Frágil y contundente en partes iguales aparece “Morning Grace”, un tema completo en emociones y melodías, donde las manos de la pianista se divierten o se apenan al paso de las teclas. ¡Emociones a flor de piel!.
Con mimo, con mucho mimo arranca una de las bellezas de Souvenirs. Con un toque ligeramente clásico y con mucho brillo nace “Stepping Stones”, una composición rápida y delicada, arropadora y nostálgica… Pura preciosidad.
Continuando con la delicadeza, Brown nos regala “Guardian Angel”, una composición humilde, quebradiza, pero radiante y cálida. Me gusta.
Íntima y profunda es “Cashmere Clouds”, la pieza que cierra en forma de canción de cuna Souvenirs. La mano izquierda maneja las teclas bajas con dulce dificultad, mientras que la melodía en la zona alta es mentora, interesante.
Souvenirs es todo un regalo. La música que encontramos en éste último trabajo de la gran pianista Christine Brown es cuadriculada en emociones, precisa en melodías. Siempre, con una pasión llevada al límite y derrochando ternura, no hay un tema del álbum que tenga algo que decir. ¡Grandísimo trabajo!.
reviewsnewage.com
01/09/15