2014
48.1 minutos
Tras su breve pero célebre álbum Flying Machines, John Otott regresa con un nuevo trabajo repleto de matices y emociones bajo el título Colors. En este nuevo viaje musical, el pianista cuenta con la especial colaboración de su pequeña hija, que con tan sólo 14 años, acompaña el piano de su padre con un hermoso toque de violín. Colors, a diferencia de Flying Machines, se destaca por el número de tracks (5 más que su anterior trabajo) y por poseer una producción más compleja, a pesar de que el piano es la estrella del CD en todo momento.
Con una entrada que recuerda a las profundas melodías del gran Ralph Zurmühle, Otott presenta “Tesoro”, la pieza más completa y sorprendente del CD. Música épica, “Tesoro” combina una interesante orquestación con una melodía de piano muy intensa.
Con la intervención de Isabella, la hija de Otott, “The Wild Song” tiene de todo menos “Salvaje”. Es emocionante y cálida, con energía, pero sin abusar. Se hace divertido imaginar las manos de Otott recorriendo el teclado…
“Illusion” es inocencia y ternura. Con una ligera inclinación a la sencillez de una canción de cuna, “Illusion” es una de las bellezas que encierra Colors… Es toda una delicia.
Amable y soñadora es la composición que da título al CD. “Colors” es tan sólo un piano de pausado tempo que difunde delicadeza.
Al compás de un melancólico waltz, Otott presenta “The Journey”. Música nostálgica y triste, donde las notas son el reflejo de un sinfín de recuerdos vividos, en ocasiones algo entusiasmadas, pero en general, afligidas.
“The Song of the Willows” posee una composición muy parecida a la pieza que abría el álbum, pero este tema es más arriesgado, más colérico y sin contar con la perfecta orquestación del primer track.
Un baile de sueños o pesadillas es “Interlude”, donde nuevamente Otott esgrime notas rápidas ante un tempo muy marcado por golpes de acordes y unas cuerdas sintetizadas como acompañantes.
“I Will Sail Away” es la música para la evasión, para alejarse de las adversidades. Lenta y profunda en sus notas, la música fluye con dificultad, con pesar…
Verdadero dolor irradia “Memory”, una composición inspirada en la madre del artista, que durante más de seis años padeció Alzheimer. “Memory” es un duro ejemplo de cómo las mejores piezas nacen del dolor más profundo. “Memory” es dolorosamente hermosa.
Tras el sufrimiento, la alegría. “August and Life”. Acudiendo de nuevo a la fuerza de las cuerdas y la orquestación, Otott da vida a una pieza llena de energía, hasta el momento, la composición con más luz del CD.
Siguiendo con un carácter más esperanzador, aparece “Santa Cruz”. En esta pieza cobran el mismo protagonismo orquesta y piano. “Santa Cruz” presume de ser la pieza más apasionada y alegre de todo el CD. Es hermosa.
Parece que Otott ha dejado lo mejor para el final, al menos, la piezas más atractivas. “An Evening Thought” continúa con ése carácter cariñoso y de melodía algo más trabajada que las primeras del CD.
Cierra el CD con un sonido diferente. “Soaring” tiene todo lo que se esperaba de este CD, una producción muy trabajada y una melodía pegadiza. “Soaring” está mucho más cerca de ser de estilo ambient que piano new age por sus sorprendentes sonidos y teclados. ¡Esto es lo que estaba buscando!.
Falto de gancho pero no por ello aburrido, Colors es un trabajo muy interesante, ligeramente más diferente que Flying Machines, el anterior CD de John Otott. El pianista acude a la fuerza de las cuerdas para acompañar a su piano, generalmente íntimo y nostálgico, y crea una combinación agridulce e interesante que consigue pegar al oyente a cada track del CD, especialmente en los tres últimos temas del CD.
reviewsnewage.com
23/02/15