La Film Symphony Orchestra ofrece un repertorio extraordinario ante un público entregado tras casi 3 horas de concierto y 4 bises en el Palacio Fibes de Sevilla.
Concierto: Film Symphony Orchestra.
Lugar: Palacio de Exposiciones y Congresos FIBES (Sevilla).
Día: 18 de octubre de 2014.
Precio: Desde 25,90 euros.
Asistencia: 3.000 personas. Aforo completo.
Tras su apoteósica presentación en las Ventas, le tocaba a la ciudad hispalense disfrutar de unos de los espectáculos musicales del año; un repertorio perfecto con lo mejor de las bandas sonoras del cine, interpretadas por los 70 músicos que acompañaban al Maestro Constantino Martínez-Orts; La Film Symphony Orchestra había llegado a Sevilla.
Las entradas estaban agotadas, señal de la excepcionalidad de la cita y el atractivo para los más fieles seguidores de películas como El Señor de los Anillos, Indiana Jones y en especial Star Wars, que congregó algunos frikis con espadas láser y vestuario acorde al evento. Incluso Boba Fett no quiso perderse un acontecimiento de tal magnitud. El público iba ocupando los 3.000 asientos del Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (Fibes) conscientes de que el espectáculo que iban a presenciar iba a ser inolvidable; se percibía en sus caras, y la cantidad de selfies lo decían todo (las redes sociales ardían).
Con la entrada a escena de los 70 músicos y de su director, que optó por cambiar su habitual frac por un largo y negro hábito, La FSO arrancó los primeros aplausos con los compases iniciales del tema principal de Lo que el Viento se Llevó (Max Steiner), obra que abría el concierto.
Con El Último Mohicano (Trevor Jones) y Lawrence de Arabia (Maurice Jarre) se alcanzó un crescendo emocional que hizo las delicias de todos los asistentes; fueron obras recibidas con mucho entusiasmo por un público, que desde el comienzo, mostraría un respeto y un silencio admirables, a la altura de un acontecimiento de esta categoría.
El programa continuaba con un punto algo más romántico, más cálido. Tras las apasionantes obras anteriores, continuaba el espectáculo con la fantástica y entrañable Suite de Forrest Gump (Alan Silvestri), los majestuosos vientos de Encuentros en la Tercera Fase (John Williams) y la sorprendente y siempre conmovedora For The Love of a Princess, fragmento de la banda sonora original de Braveheart (James Horner). Para este momento, ya se veían lágrimas caer por las mejillas de muchos asistentes; la emoción era incontrolable. Todo el auditorio era consciente de que lo bueno aún estaba por llegar, y lo que habían disfrutado hasta ese instante era inefable.
Como final de la primera parte, la FSO elegiría tres obras que levantarían al público de sus butacas y mostrarían a un director vivir la música con una pasión indescriptible; emoción que no sólo infundía a sus propios músicos. El apresurado y enérgico tema principal de Batman (Danny Elfman) era la antesala de una de las maravillas que todos los allegados estaban deseando presenciar, la Suite de la primera parte de la oscarizada trilogía de Peter Jackson, El Señor de los Anillos (Howard Shore). Reveladora casualidad, el compositor Howard Shore cumplía 68 años en ese mismo momento. La Suite hizo un recorrido por los momentos más intensos de la película, desde La Comarca (The Shire), la acción en Mordor (The Black Rider), hasta pasar por La Rotura de la Compañía del Anillo (The Breaking of the Fellowship), lo que hizo que fuese una de las obras más completas de la noche.
Como culminante final, la Orquesta cerraría el ecuador del programa con el heroico tema principal de Regreso al Futuro (Alan Silvestri), creando en los asistentes un muy buen sabor de boca. Todos estaban listos e impacientes por el comienzo de la segunda parte.
Parade Of The Charioteers de Ben-Hur (Miklós Rózsa) sería la obra que abriría la segunda parte del concierto tras unos minutos de descanso, y marcaría el carácter general de este segundo viaje, a excepción de Harry Potter y la Piedra Filosofal (John Williams), que establecería un paréntesis emocional en el programa (aunque por su belleza, era una de las melodías que estaban obligadas a acompañar al público en la mágica noche).
Tras el épico comienzo que dejó ver la perfecta sintonía entre los músicos con Ben-Hur y la dulzura del Mundo Mágico de Harry Potter, llegarían dos Suites majestuosas, una de ellas muy esperada por todos. Los Siete Magníficos (Elmer Bernstein) y Piratas del Caribe: El Cofre del Hombre Muerto (Hans Zimmer). Un verdadero deleite para los sentidos, especialmente la obra de Zimmer, donde las cuerdas cobrarían notable protagonismo en la preludio del tema. Al igual que John Williams, Hans Zimmer era uno de los compositores más destacados de la noche, continuando con la intensa y desconcertante banda sonora de la película Origen (Hans Zimmer), que dejaría paso a los inconfundibles vientos del tema principal de Robin Hood: Principe de los Ladrones (Michael Kramer).
Como ya anunciaba el propio director en una reciente entrevista para el diario La Razón, “Parte de la música que interpretamos se basa en la demanda del público” y así, la FSO sorprendió a los asistentes con algo nuevo, el tema de cabecera de la exitosa serie televisiva Juego de Tronos (Ramin Djawadi), lo que llevaría minutos después al culmen y quizá, la obra más esperada por todos.
La Guerra de las Galaxias: Una Nueva Esperanza (John Williams) cerraría el programa de la FSO, cumpliéndose dos horas de concierto y con todos los seguidores de Star Wars blandiendo sus sables láser entre aplausos y efectos de sonidos. Ni el público, ni la propia orquesta, salían de su asombro. Fue uno de los momentos destacables y divertidos de la noche, especialmente cuando todos los músicos (violinistas y chelistas) elevaron sus arcos a modo de sables para acompañar a los fanáticos de la saga.
Después de sonar el último acorde de La Guerra de las Galaxias, pasaría lo que estaba previsto que sucediese. Los 3.000 asistentes, en pie, aplaudieron sin descanso a la Film Symphony Orchestra con un extendido e inesperado ritmo de palmas (en Sevilla no se lleva eso de otra, otra… La originalidad ante todo) que obligó al director a regresar a escena hasta cuatro veces y regalar al agradecido público sevillano cuatro bises. La sensación de que la noche no tendría fin envolvía a todos, y ya se rozaban las 3 horas de concierto.
Los temas elegidos para los bises: Indiana Jones (John Williams), Superman (John Williams), La Marcha Imperial (John Williams), y como obra inesperada y divertida, Los Simpsons (Danny Elfman) donde el público, a petición del director Constantino, fue partícipe del tema, además de algunos músicos que hicieron bailar sus instrumentos.
Tras la finalización del concierto tuvimos el honor de conversar con el Maestro Constantino, a quien felicitamos por el magnífico espectáculo ofrecido y al que esperamos poder ver nuevamente en la FSO Tour 2015, como así nos hizo saber. De hecho, nos obsequió con su batuta, indicándonos: “El año próximo tenéis que estar en primera fila y debéis traerla de vuelta (refiriéndose a la batuta).” Por supuesto, allí esteremos.
España, país tímido que solía huir de las tendencias que se alejaban de las radio fórmulas ha podido dar un paso de gigante y encontrar ese punto de inflexión que tanto necesitaba en cuanto a cultura musical. La Film Symphony Orchestra ha llenado un vacío esencial en el panorama musical de este país; un estilo musical que arrastra millones de seguidores y que nadie se había atrevido a encabezar tiene desde el día de hoy, a la Orquesta Sinfónica por excelencia, para que cientos de miles de seguidores de la música de cine tengan una muy buena excusa para disfrutarlas y en HD. Efectivamente, la FSO sólo conoce el Sold Out en sus conciertos desde su aparición y eso es un signo muy positivo para los que buscan un cambio cultural (en especial en la música) en nuestro país.