El primer álbum psicodélico de la pionera violinista Judy Kang llega a nuestras manos. Álbum homónimo que es una muestra de la depurada técnica de Kang y su afán por profundizar en nuevos sonidos, de experimentar en diferentes estados de la música. Con un estilo difícil de encasillar, Judy Kang comprende diferentes géneros, como la Ambient Music, el Rock-Fusión o una difícil unión entre lo psicodélico y lo clásico, siendo los sintetizadores, y especialmente el violín, los destacados en cada momento.
“Genesis: Prelude to the Present” ya nos da una primera idea de qué es lo que vamos a encontrar en el álbum. Al más puro estilo ambient, la intro al CD es una encantadora presentación del mismo, advirtiendo al oyente que puede haber sorpresas.
Reservado lamento en “Strawberry Dream”, donde Kang interpreta con su violín esa mezcla de género clásico (improvisado) con un acompañamiento pobre, nada llamativo. Kang innova en un estilo complejo.
Al deseo de experimentar puede conllevar errores. En “You” la violinista canta, y es lo peor que se puede hacer si la voz no acompaña… Con una electrónica muy marcada, la fusión Pop/Electronic queda eclipsada por la voz de la cantante. El violín es su fuerte, sin lugar a dudas.
Desconcertante e incluso irritante, así es “I Believe in Pixies”, donde Judy arranca sonoridades alucinantes del violín. Nos encontramos ante una profunda música Dark Ambient, donde los oscuros teclados ofrecen un contexto tenebroso a la música.
Modulando la voz, Kang presenta “Champagne and Chandelier”. Nuevamente, la voz se hace protagonista (por desgracia) del tema. Continuando con la electrónica ambient como base, Judy acompaña la sutil música con desentonados cánticos y un violín que prácticamente queda oculto, pero que cuando surge, es una auténtica maravilla.
Clásico y profundo, así es “Sleepwalk”. Kang graba más de un violín, uniéndolos con estilo en una misma composición. El resultado es una melancólica pieza de corte clásico y dolorida melodía.
Un pizzicato presenta a “Everything is Pink” una pieza aligerada y al parecer improvisada. “Everythink is Pink” mantiene una tensión constante en las cuerdas del violín, que mezclado con los sonidos vibrantes de otros violines crean una música experimental poco atractiva.
Un respiro para nuestros oídos. Nuevamente y para deleite nuestro, Kang regresa al ambient, donde unos teclados y un violín suenan juntos creando una armoniosa melodía, relajante, soñadora. Algo totalmente diferente a lo escuchado anteriormente y que sin duda, es un verdadero acierto!.
“Electric Sun” es otra de las grandes piezas que encontramos en el CD. Guitarra eléctrica y violín eléctrico, una combinación magistral en un tema que mantiene al oyente expectante a nuevos sonidos, a nuevos experimentos de la artista, pero esta vez con muchos puntos favorables. Una pieza interesante!.
Pensaba que escuchaba a Wim Mertens al comienzo. El piano es un elemento nuevo introducido en este álbum y de nuevo en otro de los temas a destacar en el CD. “Still” es el mejor ejemplo del estilo que domina Kang, en temas como este reside la verdadera belleza de la música de Judy. Placentera, mágica.
Por primera vez y en esta ocasión, me deja perplejo, la voz de Kang es perfecta; al menos para este track. “Dream” es un arpegio de guitarra que acompaña a la voz doblada de Judy, pero esta vez siendo la misma un susurro, un murmullo. Me gusta!.
Regresando al género clásico, se presenta “Sunnyside”, dejando ver el polifacético perfil de la violinista. Para este tema, el violín sólo se ve acompañado por una guitarra acústica, lo que le ofrece al tema unas sensaciones de pureza y libertad no encontradas en las piezas anteriores. Mi favorita sin duda alguna.
Continuando con el estilo de la pieza anterior, aparece “All that Remains~Hope”, en la que varios violines son los únicos instrumentos que se dejan oír. Staccatos imposibles surgen entre las diferentes melodías, unos sonidos sorprendentes.
Cierra “Horizon” y como consecuencia, el final de los que posiblemente sean los cuatro mejores tracks del álbum. “Horizons” es una pieza escrita para violín, y no es necesario ningún otro instrumento como acompañamiento, aunque la guitarra (casi inapreciable) suena como acompañamiento. Un final que contrasta con el comienzo del álbum.
El nuevo álbum de Kang es una amalgama de sonidos y experimentaciones que desembocan en el estilo perfecto con los últimos tracks. Uniendo la electrónica y el género clásico, Judy Kang intenta modernizar en sus estilos musicales creando de todo, piezas insufribles y otras de gran belleza. La técnica de Kang al violín deja sin palabras, es realmente magnífica, pero no consigue ajustarla en melodías atractivas. A pesar de todo, el riesgo corrido por la artista merece ser elogiado.
reviewsnewage.com
01/04/14