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La pianista y compositora Joey Curtin son de esas artistas de mente inquieta, que aunque su instrumento principal sea el piano, la innovación prevalece sobre todo. En Tigris and Euphrates, y dejando a un lado el terrible diseño del CD, se mezclan diversos géneros (acústico y ambient music); el piano acústico, sintetizadores (Joey Curtin) y guitarras (Patrick Curtin y David Curtin), son algunos de los instrumentos que encontramos en el álbum, dejando en algunos tracks el protagonismo a alguno de ellos.
“Tigris and Euphrates” presenta el álbum. El comienzo placentero de electrónica ambient da paso a un piano que no debió entrometerse en el contexto creado por los teclados. Una atractiva apertura, pero roto por un piano que se repite en exceso en algunos fragmentos.
Un solo de piano amable en “Sons of Adam and Daughters of Eve”. Curtin se recrea en la zona alta del piano, ofreciendo al oyente una música de tempo pacífico pero de carácter luminoso, perfecta como fondo musical para un documental.
Algo diferente y con algo de calidad en Tigris and Euphrates. Combinando synth y guitarra acústica, Joey llama la atención del oyente con una música ambient placentera, dejando a un lado su piano. Es una de las piezas más interesantes de Curtin en este trabajo.
“Wade in the Water” es otra de las piezas a destacar en el álbum. Nuevamente, piano y synth se unen, esta vez en una mezcla más compleja donde también se suman algunos instrumentos de cuerda y el lamento de una guitarra eléctrica. Interesante.
“Chrysalis (symphonic)”. ¿Sinfónico?, en absoluto. Más bien es un piano, algo monótono, que sobresale de algunas cuerdas sintetizadas que no respetan ningún orden de aparición. Música tediosa.
“How Long, Oh Lord” es otra gran pieza de música ambient, donde hay muy buenos ejemplos de sintetizadores. Nuevamente, el piano de la artista queda excluido en un track, y es todo un acierto; especial mención la guitarra distorsionada del final. Grande!.
Un piano machacón es la interrupción a una música agradable, profunda. “Incense” tiene una introducción perfecta, de esas que consiguen despertar los sentidos, pero de repente, un piano rompe por completo el estado de quietud creado. El piano se interpone con una música rápida, diría que sin sentido. Sin duda, el fuerte de este álbum son los teclados.
Guitarra acústica fingerstyle y un bajo eléctrico presentan “Desert Crossing”. Pieza extraña, pero que infunde una calma absoluta. Algunos synth hacen aparición para dar algo de fuerza al tema, pero sin romper la belleza de la melodía de la guitarra.
“Pool of Bethesda” es una extensa composición escrita para piano solo, en la que fugazmente hacen aparición brillantes cortinillas y campanillas. No hay mucho que decir sobre este tema.
Cierra el álbum “Song of Zion”, donde nuevamente surge una guitarra acústica para dar un toque diferente al álbum. “Song of Zion” es la mejor pieza que encontramos en el CD, buena en producción y sonido. Sintetizadores, guitarra, vientos… Una buena muestra de instrumentos en un bello tema.
La diversidad que muestra Tigris and Euphrates deja patente que la pianista no ha encontrado aún un estilo definido, siendo el género Electronic/Ambient el más acertado, o al menos, es lo mejor que encontramos en este CD. El piano de Curtin no termina de encajar en las piezas del CD y su estilo contrasta enormemente con la calidad de las mismas. Estaría encantado de recibir más álbumes de Curtin si se internase por completo en la Ambient music. Posiblemente su fuerte.
reviewsnewage.com
18/03/14