Los royalties no alcanzan ni 1 céntimo por reproducción.
Mientras la lucha por suscriptores de pago continúa en un mercado que en breve se verá colapsado por nuevas compañías que no quieren perder este tren, en sus fronteras está prosperando un virus que lejos de mitigarse, crece y crece con más odio por estos servicios que dicen apoyar al mundo de la industria musical.
Coldplay, Metallica, The Black Keys o Thom Yorke de Radiohead son sólo unos pocos que ya han mostrado su descontento con los servicios de streaming por la baja remuneración que recaudan en royalties, no alcanzando ni 1 céntimo por reproducción.
“Los hábitos de compra de los amantes de la música están cambiando“, así lo afirmaba Doug Morris, presidente de Sony Music Entertainment, el mes pasado en una conferencia en Los Ángeles. “En lugar de comprar discos físicos, o incluso descargas digitales, los consumidores están empezando a preferir la compra de música a la carta de servicios de streaming“. Mientras estas compañías aclaran que son un punto importante en el panorama de la industria actual, los artistas hacen sus cuentas, y aunque se aprecia una lucha entre David y Goliat, los músicos están diciendo “Basta”.
Recientemente, Spotify ha revelado a través de su nueva sección para artistas (Spotify Artists) la ecuación que realiza para pagar los royalties a los artistas, la cifra es escalofriante. Cada reproducción se paga a menos de $0,005 (0,0036€), al explicar su modelo de negocio, Spotify dijo que había pagado más de 1 billón en concepto de royalties desde su lanzamiento 2008, pero, ¿cuántas reproducciones son necesarias para sobrevivir como músico?, la respuesta es clara; a menos que seas Lady GaGa la cosa está muy complicada. Zoë Keating, la conocida chelista, ganó $808 por 201.412 streams en Spotify la primera mitad de 2013 (poco más de 1.000€ en 6 meses), según las cifras publicadas por el violonchelista en un documento de Google Docs. Viendo estas cifras, es racional el enfado por parte de los músicos, quienes se preguntan si Spotify y otros servicios similares son amigos o enemigos.
Estudios recientes por el portal de música Digital Music News muestra la infografía que compila todos los datos de pagos por streams de los servicios más populares. Atención a las cifras:
- Slacker: $0,0012 por stream
- Spotify: entre $0,001 y $0,005 por stream
- Deezer: $0,0081 por stream
- Rdio: $0,01 por stream
- Pandora: $0,0012 por stream
Si como músico hay que elegir una opción, parece ser que Rdio es la mejor opción.
Esto hace plantearse al músico preguntas de difícil respuesta… Está claro que la promoción que ofrece estos servicios son importantes, pero ¿a qué precio?. El streaming ha contribuido al éxito para jóvenes bandas como Lorde, Imagine Dragons y Baauer ganando gran parte de su popularidad gracias al impulso de las plataformas de streaming.
Sin embargo, incluso a medida que van creciendo, las empresas de streaming han detectado un problema persistente: los amantes de la música podrán consumir grandes cantidades de música, siempre y cuando ésta sea gratis, pagar por una suscripción mensual ha resultado mucho más difícil, siendo estas suscripciones las que verdaderamente pueden contribuir a subir las remuneraciones para los artistas.
Ted Cohen, consultor musical para la firma TAG Strategic, dijo: “Han pasado ya 13 años desde el fenómeno Napster, cuando la música era gratis, ahora es difícil que la gente vuelva a la idea de que la música, vale por lo menos, el valor de un café en un Starbucks a la semana“. Esto revela que cada vez es más complicado vender un álbum digital (ni que hablar de un CD) desde que proliferan estos servicios de “música gratuita en streaming”; el cerco para el artista se va cerrando, cuya única salida es invertir una cuantiosa cantidad de dinero en agresivas campañas de marketing para fomentar estas ventas.
La unión de los músicos y bandas ya empieza a ser una voz importante y escuchada por estas compañías, quienes preocupados por esta alianza intentan a la desesperada captar suscriptores de pago con diferentes estrategias, como la de acuerdos exclusivos con músicos y bandas importantes, como sucedió con Led Zeppelin la semana pasada y Spotify.
Varios analistas dudan de que las compañías de streaming puedan atraer suficientes clientes de pago como para subsistir, citando una fuerte caída en las ventas de música en la última década y una notable subida de la música gratis online. Afirman que será difícil para ellos sobrevivir con la publicidad por sí sola.