Se ha demostrado que la combinación de música y movimiento resulta positiva para nuestro cerebro.
Existe una estrecha relación entre el ritmo de la información externa que recibimos (por ejemplo la auditiva) y nuestro movimiento. Esto puede observarse cuando, espontánea o deliberadamente, avanzamos siguiendo el ritmo de la música (por ejemplo en la danza), o cuando disfrutamos realizando actividades físicas y deportivas mientras escuchamos música. Nuestra predisposición a hacer coincidir nuestro movimiento con el ritmo es algo natural y muy instintivo, que los humanos desarrollamos muy precozmente, como demuestran las neurociencias y ciencias cognitivas.
Un equipo de neurocientíficos ha demostrado recientemente que movernos al ritmo de la música permite impulsar la capacidad de ejecución de nuestros movimientos. De este modo, en octubre del presente año, se comenzó a desarrollar un proyecto, financiado con fondos europeos, cuyo objetivo es aprovechar los efectos beneficiosos del ritmo aplicado al movimiento, mediante la creación de una arquitectura tecnológica inteligente, denominada BeatHealth, que proporcione una estimulación rítmica eficiente y adaptada a las capacidades de cada individuo, con el fin de mejorar o recuperar sus funciones motrices (especialmente el paso y la movilidad). Del mismo modo, también se contempla la realización de una innovadora aplicación, para terminales móviles, capaz de reproducir ritmos musicales, que podrán adaptarse a los del movimiento para mejorar estos últimos.
Sus beneficiosos resultados serán evaluados en pacientes con trastornos del movimiento, así como en ciudadanos sanos de diversas edades con actividad física moderada. Personas con enfermedades como la dispraxia (que dificulta la coordinación de movimiento necesaria para las actividades cotidianas) o el Parkison, podrán beneficiarse así de estas investigaciones.