Reviews New Age entrevista en exclusiva a Kitaro.
Ha sido un auténtico placer y un verdadero honor poder entrevistar al maestro japonés. Como no podía ser de otro modo, comenzamos nuestro diálogo dándole la enhorabuena por el lanzamiento de su nuevo álbum, Final Call, del que ya hablamos en RNA hace algunas semanas. Kitaro siempre tiene algún mensaje que transmitir a través de cada uno de sus trabajos. En éste aborda un viaje épico hacia un futuro esperanzador donde todas las criaturas del planeta puedan vivir felizmente y en armonía. -«Todo el mundo tiene una imaginación y unas creencias espirituales propias. En esta ocasión, mi corazón elaboró un nuevo camino para ese viaje: una especie de energía invisible, parecida a una meditación profunda. Actualmente este planeta sufre muchos problemas como las guerras, los intereses económicos o los problemas medioambientales, por eso, mediante el sonido y el arte, hago hincapié en un mundo interior de paz«.
En 2012, Kitaro realizó un espectáculo en el marco incomparable del planetario de la ciudad japonesa de Nagoya. Nos explica que fue ahí donde empezó a gestarse su nuevo álbum. -«Fue una experiencia increíble a partir de la cual surgieron algunas ideas originales para canciones de Final Call. Espero que ustedes también puedan sentir ese espacio interior a través de mis canciones«.
Al preguntarle cuáles son sus primeros recuerdos sobre el arte al que ha dedicado su vida, Kitaro evoca esas primeras experiencias musicales durante los años de instituto, como un mundo totalmente nuevo para él, plagado de intensos sentimientos que cambiaron para siempre su forma de pensar. El compositor más excepcional aflora al puntualizar que, de hecho (y a pesar de una carrera semejante), a día de hoy aún sigue aprendiendo música. Durante esos años de juventud, decidió que se dedicaría por completo a ella. Nos cuestionamos la dificultad que pudo suponer el hecho de tomar aquella decisión. -«Hasta el día de hoy, he tenido un par de puntos de inflexión muy importantes en mi vida. Sin embargo, no necesité demasiado tiempo para tomar ambas decisiones. Desde que cambió mi vida, la música es y sigue siendo el factor más importante de mi existencia» – nos aclara.
Soñamos por un instante. Imaginamos la posibilidad de viajar en el tiempo. Si Kitaro pudiera enviar un mensaje a su «yo» del pasado, ¿cuál sería? -«No pierdas la confianza en ti mismo» – responde con extrema seguridad.
A mediados de los años ochenta, Kitaro se trasladó a Estados Unidos firmando un contrato discográfico con Geffen Records, compañía fundada por David Geffen y actualmente propiedad de Universal Music Group. En 1994, pese a contar con una de las compañías más influyentes del panorama musical (recordemos álbumes de artistas como Elton John, Neil Young, Guns N’ Roses, Aerosmith o Nirvana), y al mismo tiempo que la música New Age comenzaba a ganar popularidad en Geffen Records, Kitaro prefirió firmar con la casi desconocida Domo Records, un pequeño sello discográfico en aquellos días que ha ido creciendo significativamente durante estos años. Lo que para otros artistas podría resultar sorprendente, es para el compositor japonés un cambio natural. -«Desde que comenzamos a trabajar juntos, Domo Records y yo mantenemos una buena relación laboral, porque ambos tenemos el mismo propósito: nuestro futuro espiritual«.
¿Qué momento subrayaría Kitaro como el más satisfactorio de toda su carrera musical? – «En 1980, compuse la música para el documental «La ruta de la seda». Es la obra maestra de mis primeros trabajos» – nos cuenta. Sin embargo, le resulta imposible escoger una actuación en directo como su favorita: -«Desde mi primera canción hasta la última, me gusta toda la música que he compuesto. Me ocurre lo mismo con los conciertos, cada actuación forma parte de nuestro espíritu» – señala refiriéndose a la complicidad que alcanza con el público en cada uno de sus eventos.
La música nunca muere. Preguntamos a Kitaro cómo ve su música a través de las distintas generaciones. -«Cada época vive una situación diferente» – afirma. -«Pensando en la gran cantidad de seguidores que escuchan y contemplan mi trabajo, tengo la esperanza de conseguir tocar el alma de cada uno de ellos con mi música. La imaginación musical es algo invisible y considero que el hecho de que esa imaginación pueda crecer en nuestras almas es lo que permite que la música nunca se oxide«.
Decidimos poner entonces a Kitaro en un pequeño aprieto. Si tuviera que escoger una banda sonora para su propia vida, ¿qué tres temas elegiría el compositor japonés? -«Es una pregunta difícil» – indica -«Diría… «Silk Road», «Kojiki» y “Thinking of you»”.
Ni los galardones ni los premios son su objetivo, sin embargo, durante su carrera musical ha recibido algunos muy significativos, como el Globo de Oro, catorce Nominaciones y el propio Premio Grammy. ¿Cuál es la clave de su éxito? -«Para mí el éxito es acabar de componer una canción. Siempre que finalizo una tengo algo que celebrar, las trato como si fueran un recién nacido o un niño«. Kitaro nos cuenta entonces que la naturaleza (que le dio la inspiración), la calidez de las personas y su esperanza por la paz mundial, son las fuentes de su inagotable inspiración.
A pesar de su sonido característico, la industria engloba su música dentro del New Age, siendo considerado como uno de los arquitectos fundadores de este movimiento. Él, sin embargo, resta importancia a este hecho: -«Creo que lo más importante es encontrar la melodía y el sonido adecuados para cada canción, sea cual sea el estilo musical» – nos indica, añadiendo además -«Nadie sabe qué sucederá con el próximo estilo«.
Desde el principio, sus composiciones presentan influencias de Rock o Rhythm and Blues. Kitaro nos aclara el porqué de este hecho: «Siempre me gustará cualquier tipo música que pueda sentir en mi corazón y mi alma. Adoro la música que tiene una profundidad espiritual que proviene del corazón, da igual que sea rock americano que música ritual, nativa, tradicional, o incluso clásica».
Cada año, nuestro entrevistado rinde homenaje a la madre Tierra tocando un Taiko (literalmente, «gran tambor») durante toda la noche. Sin duda, una actuación asombrosa pero especialmente difícil en su ejecución. «Es simplemente una ceremonia para expresar al planeta nuestro agradecimiento. Se trata de una celebración que habitualmente celebramos en septiembre y que dura unas doce horas, desde la aparición de la Luna llena hasta la mañana siguiente» – nos explica -«este año se cumplió el 25 aniversario«.
Tras hablar sobre Japón y su reciente nombramiento como país anfitrión de los Juegos Olímpicos de 2020, Kitaro muestra su desacuerdo sobre la actitud del gobierno nipón: «Antes de nada, espero que el Primer Ministro prometa al mundo que solucionará el problema que actualmente supone del agua radioactiva de la Central Nuclear de Fukushima. Aún no se ha hecho nada para contener la situación y su voz debe ser de gran responsabilidad. Me lamento profundamente por quienes centran su política en el dinero. Es una lástima, porque lo realmente necesario es pararse a reflexionar primero sobre nuestro planeta«.
Preguntamos a Kitaro si alguna vez ha pensado en dejar el mundo de la música. Nos responde parafraseando una pregunta anterior: -«La musica nunca muere, así que no dejaré nunca la escena musical«. Respecto a los avances tecnológicos que han condicionado este arte durante las últimas décadas, se posiciona de forma clara y objetiva. -«Me encanta la tecnología analógica y la calidad de sonido de los años sesenta, setenta y ochenta, por eso aún realizo vinilos.«
¿Ha cumplido sus sueños? -«Mi sueño es la paz mundial. Rezaré cada luna llena hasta que este planeta se convierta realmente en un mundo de paz«.
Componer canciones puede resultar algo complicado para quienes se inician en el mundo de la música, por eso le pedimos al maestro japonés algún consejo, basado en sus propias experiencias, para aquellos que quieren empezar a realizar sus propias composiciones. -«Cada artista tiene su propia imaginación y debe por tanto crear un sonido propio. Yo les diría «cerrad vuestros ojos y escuchad el latido de vuestro corazón» – nos sugiere. Preguntamos entonces a Kitaro respecto a esa dificultad, ¿es más fácil o más complicado componer ahora que hace 30 años? -«Mi sensación es que hace 30 años era más fácil y hoy es más difícil. Tenemos la tecnología actual, pero ésta convierte la composición en una tarea más complicada«.
Finalizamos la entrevista, maravillados con su personalidad, agradeciendo al maestro su tiempo. Kitaro se despide de nosotros, no sin antes darnos la enhorabuena por nuestro trabajo e interés por la música New Age.