Al Conti
2013
48.2 minutos
Los trabajos de Al Conti siempre son una sorpresa y The Blue Rose no iba a ser una excepción. Inspirado en las culturas orientales y en la historia de un matrimonio imposible, el compositor saca todo el partido a los sintetizadores y teclados para embaucar al oyente con unos pasajes mágicos y soñadores. The Blue Rose está compuesto por diez magníficos tracks que van desde la suavidad y la sensualidad de los toques asiáticos al candente ritmo de percusiones y teclados.
“The Princess and the Emperor” es la pieza que abre el álbum y una composición a destacar en este álbum. El piano y los sintetizadores forman un todo sorprendente, de hecho, podríamos avanzar que estamos ante una de las mejores de todo el álbum. Con reminiscencias de Yanni y con una exquisitez absoluta, Al Conti, ha creado una melodía perfecta. Chapeau!.
El ritmo y la luz envuelven a The Blue Rose, y para empezar con el carácter general del álbum, “Silk and Jasmine”, una pieza que une a la perfección el sonido de los teclados con la agradable conjunción de notas y sonidos asiáticos. Es un deleite escuchar una música así, tan elegante, tan bella.
“The Merchant’s Rose” está llena de ritmo gracias a una cálida percusión y a un instrumento de cuerdas sintetizado que le otorga ese toque étnico típico de las ciudades orientales. Conti consigue atrapar ese sonido característico, capaz de dibujar en la cabeza del oyente ese colorido escenario de calles estrechas de la China.
Una flauta tradicional es la estrella en “Blue Sapphire”, instrumento que se une a un arreglo de cuerdas y otros instrumentos étnicos. Esta es otra de las piezas a destacar, pues la búsqueda de unir el folklore de china con el New Age más puro es un toque de originalidad más que perfecto que Al Conti ha conseguido.
Algo de chill out en la percusión hace que “Painted Vase” tome un ligero giro hacia un estilo más electrónico, pero sin perder ese toque que Conti busca y consigue, integrándolo en la cultura china gracias al violín de Hannah Beth Crary y otros instrumentos.
En “Bamboo Night Garden” hace aparición la flautista Ann Licater, quien le ofrece a este tema una dulzura única, de hecho, es una de las grandes piezas de The Blue Rose, de esas que podría escuchar cientos y cientos de veces sin cansarme. Es bellísima, sencillamente bellísima!.
Continuando con la quietud marcada por el track anterior, “Minstrel’s Song” cambia el sonido del violín por cuerdas orientales, y mantiene el arreglo orquestal de fondo, algo que ayuda a realzar el misterio y la belleza que transmite la pieza.
En “Last Suitor” reaparece el violín de Hannah Beth Crary, instrumento que no está tan presente como en su anterior, pero que aun así, realiza unas intervenciones breves pero perfectas, con un protagonismo merecido. Otra maravilla de The Blue Rose. Magnífica composición, asombrosa producción.
“Heart in Bloom” marca un break en el álbum, que aunque mantiene el sentido global del álbum, realiza un parón en el estilo. Los sintetizadores suenan de fondo, mientras unas sutiles percusiones, amables, marcan el tempo a un piano que surge fugaz entre los teclados. Una pieza que reclama todos los sentidos del oyente!.
La composición que cierra el álbum es, precisamente, la que le da título. “The Blue Rose” deja un final abierto, debido a unos sintetizadores que rozan la electrónica espacial, mientras un instrumento de cuerdas étnicas realiza la melodía principal. Nuevamente, estamos ante una de las mejores piezas de este álbum, de esas que obligan a prestar atención hasta el último segundo… Sin palabras!.
La originalidad de Al Conti no tiene límites, su afán de narrar historias con sus teclados, le ha llevado a superarse así mismo, a innovarse, e indudablemente lo ha conseguido. La unión tan perfecta entre el sonido oriental y un New Age tan puro le han llevado a dar vida a The Blue Rose, un álbum que copará las listas del género gracias a una explosión de inspiraciones que han generado en una producción mimada, y como consecuencia, un álbum muy altamente recomendable.
reviewsnewage.com
29/08/13