Erik Wøllo
2012
60.7 minutos
Uno de los genios de los sintetizadores y la composición electrónica nos presenta su decimosexto álbum en solitario, Airborne. Erik Wøllo nos muestra un CD sutilmente cadencioso, donde se mezclan los sintetizadores y la guitarra eléctrica, lo que crea contextos amables e intrigantes en los que la música fluye con dificultad. Airborne lo componen doce temas que se unen unos a otros sin alterar el ambiente para el oyente, mientras este se mantiene sumergido en una relajante burbuja de sonidos espaciales e hipnóticos, algo realmente placentero. De alguna manera, Wøllo nos invita a imaginar nuestra vida vista desde el aire, siendo Airborne la banda sonora que acompaña a las imágenes o escenas que pasan por delante de nuestros ojos.
La primera de las composiciones es “Spring Equinox (Prelude)”, un preámbulo de más de cuatro minutos que sumerge al oyente en el escenario perfecto, la atmósfera en el que Erik quiere ver al espectador. Inmerso en sus sueños, este entra en el trance necesario para poder vislumbrar su vida desde lo más alto. La paz de los sonidos y la lánguida melodía invitan a cerrar los ojos.
Le sigue “The Drift”, que con encanto va tornando la melodía y el ritmo de la pieza anterior, creando un tempo amable y repetido, narcótico, que durante más de cinco minutos, se recrea en nuestros oídos. Mientras las percusiones y los synth no varian, en la lejanía se puede distinguir el llanto de la guitarra, un sonido que eleva el sentimiento de la composición.
El misterio y la grandiosidad de “Red Earth”. En comparación con los dos temas anteriores, esta es magnífica en cuanto a sorpresas, no se sabe que nos puede deparar tras la última nota. “Red Earth” es lenta y ladina, surgiendo los nuevos sonidos cuando menos lo espera el oyente, eso sí, sin alterar el estado de tensión creada. Es interesante la cantidad de sonidos que ven surgiendo al paso del tiempo, guitarras, sintetizadores, ritmos…
La primera de las Airborne hace aparición, “Airborne 1”. En esta composición predomina la guitarra eléctrica como instrumento estrella, sonando por encima de unos sintetizadores apagados, a la espera. Junto a la guitarra, un piano, ambos se tornan la melodía principal, una de las mejores que podemos escuchar en Airborne. Esta pieza es cautivadora!.
Con “Circle Lake” regresamos al misterio que esconden las notas de Wøllo. En esta ocasión, el compositor acude a una guitarra sintetizada para interpretar la reservada melodía, una música que consigue atrapar al oyente. Una música que mantiene una tensión constante y que al final, se convierte en una interesante y apacible melodía que hay que volver a escuchar!.
Contendiente contra el silencio, así es “Lost and Found”, otra de las piezas que cabe destacar en Airborne. “Lost and Found” es una música formada por diferentes sonidos y pocos sintetizadores, a un nivel tan bajo que compite con el silencio, de hecho, su efecto es muy similar. La pieza va creciendo en producción, añadiéndose diferentes cajas rítmicas que suben ligeramente el carácter de la pieza. Me gusta.
La segunda parte de Airborne, “Airborne 2”, es apacible, soñadora, con un estéreo muy conseguido y un tempo encantador. La música es seductora, donde surgen desde interesantísimos teclados, a una guitarra que cierra el track con un lamento sobrecogedor, otro de los dones que este noruego posee como instrumentista. “Airborne 2” es otra gran pieza que podemos encontrar en este CD.
La más desconcertante de las composiciones es “The Longest Day”, más de seis minutos de intensa rigidez, donde las guitarras y los sintetizadores no varían sus notas, o si lo hacen, son inapreciables. La tensión que dibujan sus notas puede ser cortada.
“Time River” es sorprendente, no por su complejidad en la producción o en la composición, sino por lo que es capaz de conseguir con su melodía. “Time River” es espectacular, pues es capaz de poner música a escenarios naturales que van naciendo en el subconsciente del oyente. Otra maravilla de Airborne, genial!.
Al igual que los dos temas escuchados anteriormente, “North of the Mountains” es una caricia para nuestros sentidos, nada de rápidos ritmos, nada de sonidos estridentes. El Don de Wøllo es despertar las emociones con los teclados más etéreos y sedantes que puedan existir, y una vez más, lo consigue. “North of the Mountains” da protagonismo a su guitarra, que suena en momentos puntuales, creando una breve y pegadiza melodía; una belleza al igual que los teclados que la acompañan. Sorprendente!.
Para sonidos interesantes, el continuo repique sintetizado que custodia la música de principio a fin en “The Magic Spot”. Como un canto similar al de las ballenas, los teclados van entonando una melodía sutil que nace en ocasiones entre otros teclados. Nuevamente, hipnótica.
Como pieza final, el cierre de la trilogía de Airborne, “Airborne 3”. A diferencia de las dos Airborne anteriores, Erik apuesta por un final abierto y cuidado, donde los sintetizadores hablan por sí solos, carentes de ritmo y otros sonidos que puedan alterar el estado de quietud creado, el compositor sí da vida a una melodía interesante y sentimental, lo que se convierte en una sorpresa al finalizar el álbum. Perfecto!.
Airborne es el decimosexto CD del premiado y reconocido compositor, sintetista y guitarrista noruego, Erik Wøllo. Compartiendo los sonidos más amables y usando una compleja producción, Wøllo da vida a un trabajo completísimo, donde todos los sonidos que surgen son interesantes para los sentidos y los contextos que se pretenden crear, son creados, objetivo conseguido!. Hacía tiempo que no escuchaba una producción tan cuidada (hasta el último detalle), lo que hace que Airborne sea uno de los trabajos a destacar para este año. Muy recomendable!.
reviewsnewage.com
13/01/13