Premiado y reconocido compositor, Thomas Bergersen nació y se crió en Trondheim, Noruega. A la edad de 6, era obvio que Thomas tenía poco interés en la interpretación de la música de otros compositores, sino más bien deseaba llegar a crear algo propio, para la consternación de su profesor de piano. Unas décadas después, las composiciones de Thomas han aparecido en algunas de las campañas más grandes del cine a nivel mundial, como Avatar, Piratas del Caribe, Crepúsculo, Narnia, Harry Potter, El Código Da Vinci, La Momia, El Caballero Oscuro y en cientos de películas más.
Co-propietario de «Two Steps From Hell» junto a su socio, Nick Phoenix quien produce música para las campañas de publicidad. Con un extenso conocimiento y altamente especializado en la orquestación digital, junto a su musicalidad, Thomas se sitúa en la cima del mundo en su oficio. En 2011, Thomas lanzó su primer álbum titulado «Illusions», que ha sido un gran éxito, alcanzando el número uno en las listas de música de iTunes de todo el mundo.
Thomas se define: “Yo soy un niño!. No me gusta que me digan qué hacer, y la música es el único lugar que conozco donde puedo vagar libremente y hacer lo que quiero. Es mi fortaleza a la soledad y sólo yo tengo la llave.”
Su música en “Two Steps From Hell” también ha sido un gran éxito, alcanzando ambos el primer y segundo lugar en las secciones clásicas de iTunes con los álbumes «Invincible» y «Arcángel». Thomas ha trabajado con algunos de los mejores músicos de la industria y continúa rompiendo moldes con su innovador estilo de composición. Su siguiente álbum, la continuación de «Illusions» espera ver la luz en 2013.
Thomas dice: «La razón por la que se necesita tanto tiempo para producir un álbum como este se debe a que de cada 10 piezas que escribo, sólo una o dos pasa el corte, y luego el proceso para embellecerla con orquesta en vivo, cantantes e instrumentistas. Esto puede durar meses. Todo es cuestión de encontrar la voz adecuada para la música adecuada, el instrumento adecuado para la melodía correcta, la longitud correcta, el color del sonido, la orquestación, las letras, etc Se tarda mucho tiempo y el proceso es muy diferente a escribir música para el cine en el que normalmente sólo tienes que seguir algo en la pantalla, o en una banda donde se dispone de guitarras, bajo, batería, voces y tal vez un sintetizador. La complejidad del paisaje sonoro significa que más cosas pueden salir mal, de cualquier otra forma, el proceso es difícil. A veces se trata de polos opuestos, pero sólo porque nos han dicho que ciertas cosas no van bien juntos, yo no veo eso como una razón para evitarla, sino más bien un desafío. La satisfacción para mí recae en última instancia en desenredar el lío y hacer que todas las partes individuales y caóticas se unan en armonía de alguna manera. Es entonces cuando me siento que he hecho un buen trabajo».
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