Tim Glemser
2011
59.1 minutos
De estricta formación clásica, el compositor y pianista Tim Glemser siempre se dejó seducir por las melodías del género contemporáneo desde muy temprana edad, intercalando entre acordes clásicos algunas notas de sus artistas preferidos como Lanz o Winston. Glemser descubrió que podía transmitir grandes emociones a través del piano y aquí comenzó sus andadas en este género, firmando lo que hoy es uno de los debuts para solo piano con más sentimientos que podemos escuchar. Grabado y masterizado por el ingeniero y también pianista Joe Bongiorno en Piano Haven Studio, Seattle, Painted Echoes es una delicada mezcla de estilos, un punto de encuentro entre lo clásico y el New Age, en el que una depurada técnica narra sin palabras las mismas emociones que son despertadas en el oyente.
“The Amber Field” es un comienzo prometedor. Una pieza que debe ser una maravilla sentir como nace de entre nuestras manos. Con un carácter frágil e inocente, la melodía fluye con cariño, casando perfectamente unas notas que adquieren un belleza increíble en manos de Glemser. Desbordante de ternura!.
El comienzo de “Starland” es la antítesis del segundo fragmento de la melodía. Con un empezar reservado y triste, la melodía se va tornando al paso del tiempo apasionada y llena de energía, una música que se hace difícil de borrar de nuestra cabeza. Esta composición posee una de las músicas más complejas en emociones y técnica del álbum, un verdadero prodigio que hará vibrar al oyente. Alucinante!!.
Otra de las grandes composiciones de Painted Echoes es “Dance of the Dandelion”. Una encantadora composición cuya belleza vive en el llamativo baile de las notas del estribillo de la pieza. Un tema que podremos escuchar sin parar y que nos seducirá desde el toque del primer acorde. “Dance of the Dandelion” es una de mis favoritas… Romántica, dulce, perfecta!.
“Isabella’s Swing” deja paso a la intimidad y al afecto. Con una sensibilidad sorprendente, el pianista da vida a una pieza quintaesencia de fantásticas emociones que nacen de lo profundo. Glemser sigue cautivando, una pieza perfecta para soñar y dejarse llevar.
El tema que da título al CD es la más apenada y profunda de todo el álbum. Un fuerte escalofrío recorre el cuerpo tras sentir el fuerte contraste entre las piezas oídas anteriormente y “Painted Echoes”. La impresión de perdida creada por esta hermosa y melancólica melodía es muy fuerte. Sublime.
Soñemos, inventemos un mundo diferente; a esto nos invita Tim Glemser y “Under the Apple Tree”. Sutiles acordes, tocados con una delicadeza sobrehumana van marcando el lento tempo de la cariñosa melodía que nace en la zona alta del piano. Inspiradora a más no poder!.
“Cry of Wind” entona un fuerte lamento, donde lo triste se mezcla con la cólera. La melodía fluye con dolor y decaimiento hasta llegar al cenit, donde Glemser se desahoga golpeando con fuerza acordes llenos de rabia y con sentido generando un estribillo interesante y lleno de vida.
Cerrar los ojos y disfrutar con la atractiva melodía de “Autumn Lane” es la mejor manera de sentir la sencillez y la pasión que encierra su música. Prevalecen notas altas tocadas con gran mimo, siendo casi inapreciables. Una única intención, no despertar al oyente de su profundo sueño.
“Sunrise” es la composición más personal y quebradiza de Painted Echoes. Con las emociones a flor de piel, Tim reproduce una sencilla pieza que alcanza las cotas más altas de sensibilidad. No hay adjetivos para describir esta música, simplemente escuche y deléitese.
Regresa el ideal de melodía que nos hizo vibrar en el comienzo con su toque rápido y lleno de sentido. “Dreamwater” es intensa, donde rápidos arpegios de mano izquierda sirven de base a la rauda mano derecha. Con el paso del tiempo, la pieza se torna suave y mustia, un cambio interesante.
De nuevo, otra de las piezas que nos harán caer de rodillas por su belleza y su facilidad para crear emociones. “Innocence” es sencilla, pero su perfecta composición de acordes y notas hacen que sea uno de los temas que cautiven con fuerza al espectador. ¿Cómo es posible que tan pocos acordes despierten tantos sentimientos?!. Fantástico!.
“Pastoral Lullaby” es una tierna canción de cuna. Escuchar sus sensibles notas nacidas entre lentas progresiones es una verdadera maravilla. Una dulce composición, llena de luz que invita al descanso.
Para finalizar este extraordinario álbum, Glemser nos regresa a nuestra infancia con “The Kite”. La música no es excesivamente rápida, lo que le ofrece un toque de ternura a la melodía, melodía que como ya es habitual en Glemser, tiene la facilidad de hacernos soñar. Sorprendente y apasionado desenlace!.
Realmente Tim Glemser tiene un talento innato para crear música que estimule las más profundas emociones. Painted Echoes no desperdicia ni una sola nota o acorde, en este álbum todo encaja a la perfección, una delicadeza que nos regala las más bellas melodías, un toque que hacía mucho tiempo que no escuchaba. Si te apasiona la música de David Lanz, Philip Wesley o George Winston, sin duda Painted Echoes debe estar entre tus próximas adquisiciones. Painted Echoes se encontrará en un lugar destacado en Reviews New Age, es una verdadera joya!.
reviewsnewage.com
19/02/12